Miner@s por el mundo

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martes, 25 de noviembre de 2014

Leyendas de Villanueva del Río y Minas

"LA CRUZ DEL LEAL"

En este post queremos dejaros un vídeo de un lugar peculiar de Villanueva del Río y Minas, que no todo el mundo conoce, "La cruz del Leal".

Este vídeo realizado por Francisco Aguilera Guerrero, lo podéis encontrar en Youtube, pero os dejamos aquí un enlace donde podéis verlo y escuchar su historia. Gracias por compartir este trabajo.

 

En las noches claras de luna llena... ¿Quien no ha visitado este lugar alguna noche?...

Saludos Miner@s que estais por el Mundo.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Huellas y Fósiles

"Hablar con la Almohada".

Es una columna de nuestro Paisano y amigo Pepe Hinojo, en una revista Comarcal llamara Viva la Vega (www.vivalavega.es) que se edita una vez cada 15 días, Pepe nos comento la posibilidad de compartirla con vosostros/as y aquí la tenéis:


Son muchos los lugares que poseen algún tipo de vestigio de dinosaurios, creando sus propios museos con sus huesos petrificados para ser visitados; o bien para abrir una ruta donde las personas puedan ver grabadas en las piedras del suelo la icnitas o huellas de estos animales del jurásico, con el objeto de atraer al mayor número posible de turistas, con el consabido desarrollo económico que esto genera. En algunas regiones españolas están procurado sacar el máximo provecho a todo lo relacionado con este tema. Así ocurre en mucho pueblos de la Rioja, donde han sido localizadas gran número de huellas. Al lado de las mismas han puesto reproducciones  a escala natural de los dinosaurios s las que se supone que pertenecían las ictinas. De este modo, crean en el paisaje un espectáculo al que a diario acuden un gran número de personas para ver in situ, las reproducciones de estos gigantes, como por ejemplo, las que hay en la llamada "Ruta del Jurásico", que abarca parte de Asturias y de La Rioja. En el término municipal de Villanueva del Río y Minas, para todas las personas interesadas por la vida que hubo en la tierra hace millones de años, existe campo suficiente para hacer uso de ello. Si los organismos oficiales, Ayuntamiento o la corporación Municipal de turno se sensibilizaran con el tema podrían sacarle bastante beneficio, igual que están haciendo en otros municipios con menos posibilidades que las que tiene este, proporcionando y creando un museo local o una ruta de dinosaurios a las que acudirá un gran número de turistas o visitantes. Por no prestarle el debido interés, muchos han sido los vestigios que han sido encontrados en la comarca y se han perdido o perderán.

Todos los Mineros que trabajaban en las minas se encontraban casi a diario en las explotaciones de carbón , troncos de árboles fosilizados, ramas y hojas de helechos grabados en las piedras como si fueran un cliché fotográfico, exponente de la abundante vegetación de lo que fue un espeso bosque hace millones de años, que por causa de un cataclismo quedó sepultado, transformándose en el carbón de hulla. Del Medioceno Superior hay depositado en los fondos de la colección de fósiles del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Sevilla, un gran Número de piezas procedentes de Villanueva del Río y Minas, talescomo Clypeaster Insignis o Erizo de mar. De estas piezas del terciario, con más de 20 Millones de años, no dejan de salir ejemplares en este municipio, además de almejas, caracoles y dientes de Tiburón. y por si fuera poco, hasta ballenas. En el año 1985 pude fotografiar algunas vertebras de gran tamaño pertenecientes a una ballena, que salieron al hacer la cimentación de cerramiento del Colegio Público Virgilio Fernández Pérez, y, por no darse cuenta los obreros que manejaban las excavadoras, los restos fosilizados de este cetáceo fueron arrojados involuntariamente al vertedero.

Providencialmente, aquel mismo año, en la finca que tiene junto al Arroyo Galapagar el vecino de Villanueva del Río y Minas, F.Garcia Lomba, cuando este estaba perforando un pozo para sacar agua, al llegar a una profundidad de unos ocho metros, tropezó con los huesos de un enorme animal ; Saco varios a la superficie, que resultaron ser los del esqueleto de una ballena perteneciente al Mioceno. con unos 18 Millones de años de antigüedad. Según el estudio que hizo de ello la Paleontóloga, Eloisa Bernáldez, este gran cetáceo parece que era de grandes dimensiones, con unos diecinueve metros de longitud, Estos grandes mamíferos acuáticos habitaban los mares cálidos del Mioceno, antes de que comenzasen las regiones del mar de Tethis. Este mar comunicaba el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, a modo de gran canal de paso, con unas condiciones ambientales óptimas de temperatura y profundidad para estos animales. Hasta la fecha de hoy, aun no ha sido sacada a la superficie la ballena del Galapagar, debido al gran coste que conllevaría realizar dicha labor.

En otras localidades, no ocurriría lo mismo pues ya habrían rescatado el cetáceo y lo tendrían expuesto en un Museo de ciencias Naturales. Las vertebras rescatadas se las lleva la paleontóloga para estudiarlas. Según esta, la importancia de este hallazgo radica en que es el único gran cetáceo que posiblemente este entero. También porque sus restos no están petrificados, manteniéndose los espacios interóseos perfectamente visibles. La palabra dinosaurio proviene del Griego Dino (terrible) y saurio (Lagarto). De estos animales tenemos en el entorno varias huellas que se quedaron petrificadas, (aunque los antiguos creían que las mismas eran las garras del diablo). En el arrollo Trujillo se localizan varias icnitas con millones de años, pertenecientes a un animal del Jurásico; se trata del ignanodón, animal con dientes de iguana, herbívoro de gran tamaño, bípedo tridáctico, dedos anchos y cortos de movimientos lentos. Otra que hay en la Ribera del Hueznar a la altura del antiguo Matadero, según opinó la paleaontóloga Eloisa Bernaldez, están grabadas en la misma clase de roca que las icnitas del arrollo trujillo y pueden que pertenezcan a esa clase de dinosaurio. Existen más icnitas o huellas junto al  Arrollo Tamojoso, en su margen izquierdo a la altura del regajo de la Fuente de la Rata Madre, estas pueden pertenecer a un Vulcanodón, enorme dinosaurio del Jurásico con más de 200 Millones de años y con un peso entre 550 y 850 Kg y una longitud de 6 a 7 Metros y medio. Que Hermoso sería poder contemplar como atracción turística, en el entorno del bello paisaje de la Ribera del Hueznar y el arroyo Tamojoso, junto a las huellas allí existentes, la reproducción a escala natural de estos enormes dinosaurios que poblaron nuestro planeta hace millones de años.

Aquí termina este articulo de Pepe Hinojo.

Añado además que en la web de Juan Rodriguez podéis encontrar algunas fotografías e información sobre este tema:


Espero que os haya gustado.



jueves, 25 de septiembre de 2014

V Aniversario Miner@s Por el Mundo (Villanueva del Río y Minas).


Villanueva del Río y Minas

Después de muchísimas vivencias, seguimos trabajando con mineros/as de muchísimos sitios, prestando información, dialogando, debatiendo, innovando, publicando artículos en nuestro blog (con mas de 16000 visitas), interactuando en redes sociales, Facebook: Miner@s por el mundo (1716 usuarios) y Twitter @Minerosxelmundo (este con menos actividad de momento pero trabajando para llegar cada dia a más miner@s 312 Seguidores), contamos con colaboraciones de muchos/as miner@s que nos escriben para publicar sus artículos en nuestro blog, simplemente por compartirlo con todos/as los/as demás.

Hemos vivido casi en directo muchos eventos, romerías, navidades, semana santa, trasladando a muchos/as que están fuera del pueblo imágenes, vídeos, para que puedan estar un poco mas cerca.
Hemos tenido el placer también de tener en nuestro grupos a grandes personas que hoy en día por desgracia ya no se encuentran entre nosotros pero que siempre estarán en el corazón de casi todos los Miner@s por el mundo.
Y muchísimas cosas mas que suceden diariamente en nuestro grupo, todo ello gracias a todos/as los que formáis parte de el.

Solo quería recordaros con todo esto que desde Octubre de 2009, comenzó a funcionar nuestro Blog, y antes nuestro grupo en Facebook al cual no se exactamente con que fecha comenzamos, porque nunca imagine que llegáramos a ser tantos/as, pero que estimo que fue en 2008. Por lo tanto podemos decir que “Miner@s por el Mundo ya tiene 6 años”, casi nada, pero la fecha oficial es 1 de Octubre de 2009 fecha en la que comenzó a funcionar nuestro blog, esa sera la fecha en la cumpliremos un años más, 5 años. 


Felicidades a tod@s l@s que formáis
parte de esta gran Familia¡¡¡¡¡


Un saludo a todos/as Los miner@s por el Mundo

Os recordamos que estamos abierto a publicaciones en nuestro Blog, para más info contactar con Guadalminas@gmail.com


martes, 10 de junio de 2014

PRESENTACIÓN LIBRO "LA MINA"


El próximo Sábado día 14 de Junio, a las 12:00 H en el salón de la Casa de la Cultura, será Presentado el libro "LA MINA", por su autor Antonio Guerra Gil, a la cual tod@s aquellos que quieran pueden asisitir, nos han comentado que podran comprar el libro con descuento en la misma presentación.

 

Desde Miner@s por el Mundo Agradecemos a su Autor D. Antonio Guerra Gil, el esfuerzo realizado y las visitas que nos ha hecho durante este último mes en el centro Guadalinfo para poder publicar algunos de los resumenes de su libro de forma gratuita y compartirlos con muchos Miner@s por el mundo. Esperamos que sea un éxito.


miércoles, 28 de mayo de 2014

ÚLTIMO RESUMEN "LA EXPLOSIÓN DE JUNIO DE 1936"


http://minerosporelmundo.blogspot.com.es/2014/05/la-historia-de-la-mina-serapresentada.html

“LA MINA” SERÁ PRESENTADA EN LA FERIA DEL LIBRO DE SEVILLA 

(1 Junio a las 7 de la tarde).

MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL LIBRO




RESUMEN CAPITULO "LA MINA"


LA EXPLOSIÓN DE JUNIO DE 1936

El pronunciamiento militar que provocó la guerra civil en España tuvo un triste prólogo en La Mina. El sábado 20 de junio de 1936, a las siete y quince minutos de la tarde y a seiscientos metros de profundidad, en el piso dieciséis del pozo número cinco, murieron diez mineros: los hermanos Rafael y

Vicente Nieto Venegas, Antonio Cruz Fernández, Plácido González Rodríguez, Claudio Rodríguez Martínez, Antonio Hinojo Guirado, Juan Cantero Calero, Rafael Martínez Montero, José González González y Juan José López Molinero. Más dos heridos muy graves: Fructuoso López Díaz y Manuel Peña Vázquez. El causante de tanta muerte y desgracia ya lo conocen: el gas grisú que volvió a aparecer sin piedad como el asesino de otras ocasiones.

En el momento de producirse la explosión se encontraban 450 mineros en el interior de las explotaciones. Todos pudieron morir, pero esta catástrofe pudo evitarse gracias a la heroica actuación de los ingenieros George Juvenal, Manuel Rivera y Gregorio Reina que, con riesgo de su propia vida, desalojaron a los mineros del lugar y con cámaras antigas penetraron en la zona de peligro y evitaron la alta concentración del gas en cul de sac, la causa más peligrosa de explosión, según el manual de seguridad de la minería francesa. El rescate de los diez cuerpos sin vida y de los dos heridos con quemaduras de tercer grado en más del ochenta por cierto del cuerpo, presentaba gran dificultad. Grandes bolsas de grisú se habían concentrado en las galerías afectadas. Esto podría provocar una segunda explosión de dimensiones mayores. Al fin, los tres ingenieros pudieron llegar al final y lograr vías artificiales de ventilación.

Al entierro de los diez mineros, presidido por el último alcalde republicano, Miguel Egea Córdoba, asistieron diez mil personas entre los vecinos del pueblo y los compañeros de trabajo llegados desde Alcolea del Río, Tocina, Lora del Río, Cantillana y Peñaflor. Todos los periódicos de aquel tiempo se hicieron eco de la impresionante manifestación de duelo, en la que destacó la monumental ofrenda floral realizada por Antonio García López Pilongo en su taller de escultura. Era el adiós de todos los compañeros que Pilongo había realizado con cariño, como un minero más, en su papel de artista consagrado.


Mineros muertos en la explosión del 20 de junio de 1936.
(Foto y montaje del diario El liberal (26.6.1936).
Entre las muchas informaciones sobre la explosión destacó el relato del diario El Liberal, publicado el 29 de junio de 1936. En él se entrevistaba a Rafaela Venegas, madre de los fallecidos Rafael y Vicente Nieto Venegas. En la entrevista –un clamor de madre destrozada– esta mujer se lamentaba de haber perdido tres hijos en las minas, pues el primero fue Francisco (Paquito), muerto a la edad de quince años en una explosión de grisú en 1904.

Hay un detalle que tampoco escapó a las informaciones de estos días: el gesto adusto de filas interminables de mineros que, puño en alto y cerrado, saludaban el paso de los féretros. Esta actitud anticipaba una disposición de ánimo que, unos días después, sería determinante en el curso de la guerra civil en nuestro pueblo. Además de esta lucha contra el grisú, en la que siempre pierden los mineros, ahora llegaba la otra batalla de dos bandos políticos enfrentados por un odio que también ha ido concentrándose con la misma capacidad de destrucción que el gas metano o de los pantanos. De ahí que los horrores de la guerra civil en La Mina superen en crueldad a otros pueblos. Ni siquiera había terminado el rito del teñido de las prendas en negro después de las diez muertes… (De los periódicos)

En mi pueblo, después de cada explosión, aquellos cubos de cinc hirviendo por patios y azoteas eran todo una ceremonia. Ellos contenían las pastillas del tinte de la marca Iberia y la ropa de color que se convertiría en el hábito negro de todos los miembros de la familia para
guardar el luto. Eran lutos de larga duración y reclusión obligada para los allegados más cercanos de los mineros muertos: padres, esposas, hijos, hermanos…Todos eran condenados durante años a no pisar el cine o una fiesta; a no frecuentar los bares y sobre todo los bailes, los fabulosos bailes de La Mina que eran media vida para jóvenes y mayores, con aquella exaltación del bolero, el mejor quitapenas, a cargo de la orquesta de Félix Fuentes.

Como si ya no tuvieran suficiente desgracia con la pérdida del ser querido, esta paradoja de los interminables lutos ausentaban de la vida a las familias de los mineros muertos, sin permitirles la frecuentación de estas distracciones para aliviar el dolor de tanta desgracia. Los hombres incluso lucían en la manga izquierda de la chaqueta, a la altura del corazón, una franja negra-negrísima durante todo el tiempo que duraba el luto. Nunca supe muy bien si esta marca tan visible, más propia de prisiones y campos de concentración, era una muestra de dolor o la señal que advertía públicamente sobre la conducta a seguir por el portador durante el tiempo reservado a la memoria del difunto.


LA MUERTE DE UN MAESTRO.-


Don Francisco Fuentes Bravo, maestro de primera enseñanza del colegio de los Hermanos Maristas, fue ejecutado el 30 de julio de 1936 por un tribunal popular compuesto por militantes del PSOE que rozaban el analfabetismo. La crueldad de este asesinato y el ensañamiento de las torturas inferidas a su cuerpo, semienterrado y aún con vida, muestra uno de los crímenes más crueles de la guerra civil española. Tal vez fue la prueba más fiel del odio y el sectarismo desplegados por la izquierda en La Mina durante los citados diecinueve días. Los únicos motivos encontrados para el final tan trágico de este hombre, muy querido en el pueblo, fue que era presidente de Acción Popular, un partido legal y federado en la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), además de católico de comunión diaria. Estos fueron sus delitos.

Don Francisco Fuentes
Bravo, asesinado por los
socialistas el 30 de julio de
1936.

 El seguimiento de los últimos días de la vida de don Francisco Fuentes, incluida su muerte, ha sido uno de los trabajos más duros y penosos del Sanedrín. No sólo por los detalles de su cruel asesinato,
que están bien documentados y cuya versión siempre ha circulado por el pueblo con cierta verosimilitud. Lo más difícil de este trabajo ha sido la exhaustiva reconstrucción de los últimos días de la víctima, desde su detención el 18 de julio, hasta su muerte el 30 del mismo mes. Baste decir que tres veces fue rechazado por el Sanedrín este informe, y otras tantas veces fueron entrevistados nuevos testigos y solicitadas nuevas certificaciones que se conservan en nuestros archivos.

La sublevación contra la República o el Alzamiento Nacional, según la nomenclatura de ambos bandos del conflicto, le sorprendió a don Francisco Fuentes Bravo en Sevilla, antes de iniciar un viaje a Valencia,
donde, como cada año, se dirigía para recoger a su sobrino, Rogelio Millán Fuentes, que estudiaba en un colegio para huérfanos de médicos. Cuando llegó a Sevilla se encontró con que los trenes habían suspendido su salida, al estar tomada la ciudad por las tropas del general Queipo de Llano. Don Francisco, que tenía a toda la familia en el pueblo gaditano de San Fernando pasando las vacaciones, decidió volver a La Mina para recoger algunos enseres personales y reunirse con los suyos cuanto antes, en vista de su imposibilidad de viajar a Valencia. Al no poder volver al pueblo por ferrocarril ni por autobús, decidió emprender el camino de vuelta a pie. Así llegó hasta Alcalá del Río.

Su hija Consuelo nos recibe en Mérida, la ciudad extremeña donde vive con una de sus hijas. A los setenta y cuatro años de edad muestra en sus ojos todo el desamparo que supuso para ella una muerte tan cruel como la de su padre. Consuelo ha roto en llanto después de tantos años, y nos pide perdón, cuando somos nosotros los que debemos excusarnos, y así lo hacemos, por esta intromisión en su intimidad. Tras pedirle autorización, que nos ha concedido, hago una señal a Pepe Hinojo para que conecte la grabadora.

El maestro fue conducido directamente a la Casa del Pueblo y sede del PSOE, ubicadas en lo que después fue y sigue siendo Convento de las Hermanas de la Cruz. No hubo intervención del juez ni de ninguna autoridad competente. Desde el primer día de su retención, detención o secuestro, don Francisco fue asistido, en vista de la ausencia de su familia, por una buena mujer que ustedes conocen, Juana García López la Pilonga. Sabiendo que los alimentos que le ofrecían eran insuficientes y de mala calidad, y que el calabozo carecía de las mínimas condiciones de higiene, Juana le llevaba cada día la comida recién hecha y la ropa limpia que necesitaba. La incomunicación impuesta por los socialistas imposibilitó tomar contacto con su familia. Con la Pilonga no se atrevían, porque su carisma y su buen corazón estaban por encima de ideas y de partidos en el pueblo. En más de una ocasión, en vista de su fuerza y virilidad, molió a hostias a más de un sinvergüenza, sin preguntarle si era de derecha o de izquierda.

El 21 de julio de 1936, cuando ya se cumplía el tercer día de su apresamiento, y se hablaba de una inminente toma del pueblo por las tropas nacionales, Juana le propuso al maestro un plan de fuga:

– Don Francisco –dijo en voz baja en un descuido del miliciano que vigilaba la entrega de la comida y la ropa–, debe usted escapar de aquí. Es muy fácil salir por la puerta de atrás durante la madrugada.

Lo llevaré a mi casa y desde allí buscaremos un lugar para esconderlo.

– Yo no he hecho nada, Juana –respondió el maestro convencido de su inocencia–, y nada me pueden hacer. Algunos de los socialistas que están aquí han sido alumnos míos, y saben que nunca hice mal a nadie.

– Dicen que le van a juzgar ellos mismos.

– Pues que me juzguen. A nada me pueden condenar por ser presidente de un partido legal.

– No se fíe, don Francisco. Esta gente es capaz de todo.

–No te preocupes, Juana. Ya verás como no pasa nada.

A escondidas. Sin consultar al alcalde republicano ni ninguna autoridad competente, el comité local del PSOE constituyó un tribunal popular, amparado en la ley de la República. Francisco Fuentes Bravo fue juzgado y condenado a muerte, sin derecho a abogado ni a un juicio mínimamente justo. Lo juzgaron militantes socialistas que rozaban los límites del analfabetismo, y estaban enloquecidos por una insaciable sed de venganza. Al amanecer del 30 de julio de 1936, lo trasladaron a las cercanías del pozo número siete, cercano a unos edificios de ventilación que aún se conservan en perfecto estado. Este complejo minero se encuentra a no más de doscientos metros de la Venta de las Cañas, donde siempre vivió Juana García López.

Antes de que se formara el pelotón de fusilamiento, según consta en las actas del juicio celebrado años más tarde, don Francisco pidió ser asistido por un sacerdote, pero le fue negado. Ya había amanecido plenamente.

Entre improperios y chanzas sobre lo que le esperaba a la derecha por haberse sublevado contra la República, los socialistas constituyeron el piquete de ejecución, mientras Juana observaba desde la ventana de su casa. Ni siquiera habían tenido la entereza –nos contó Juana muchas veces– de mantenerse sobrios para algo tan serio como dar muerte a una persona. Estaban borrachos, borrachísimos, porque no tenían cojones ni valor para ejercer su oficio de asesinos con un mínimo de dignidad. Al menos por respeto a un hombre que iba a perder la vida sin haber hecho nada malo. Sólo enseñar a muchos niños del pueblo a leer y escribir.

Según los testimonios de Juana y tres vecinos más, montaron dos veces el piquete, pero no se tenían de pie. La primera vez ni siquiera dispararon entre risotadas y cánticos. La segunda dispararon, pero no alcanzaron a zonas vitales del condenado para producirle la muerte al instante. A pesar de todo, lo lanzaron como un trapo a una fosa poco profunda que habían cavado en plena borrachera. La cabeza y un brazo quedaron al descubierto. El cuerpo, aún con vida, manifestaba estertores en el brazo.

– Entonces ocurrió lo más cruel –prosiguió Juana, secándose las lágrimas–. Algo que nunca olvidaré mientras viva. Todos los socialistas, los del tribunal y el piquete, fueron pasando dando puntapiés a la cabeza de don Francisco, como si se tratara de un balón de fútbol.

Entre gritos y chistes, cuando la sangre ya cubría a borbotones la cabeza del maestro, le sepultaron del todo, casi a flor de tierra, con una porción del brazo al descubierto, que cubrieron las moscas al momento. Cuando todos se fueron –concluyó Juana– encontré dos garrafas de vino vacías en el edificio de ventilación del pozo siete.

Las guardé en mi casa por si un día pudieran ser útiles como prueba.

lunes, 26 de mayo de 2014

CAPITULO XIII LA MINA, PLAN ESPECIAL DE CONQUISTA


“LA MINA” SERÁ PRESENTADA EN LA FERIA DEL LIBRO DE SEVILLA 

(1 Junio a las 7 de la tarde).

http://minerosporelmundo.blogspot.com.es/2014/05/la-historia-de-la-mina-serapresentada.html
MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL LIBRO




RESUMEN CAPITULO XIII "LA MINA"


PLAN ESPECIAL DE CONQUISTA


El 7 de agosto de 1936, La Mina fue tomada y saqueada por las llamadas tropas nacionales. Antes de poner orden en el caos en que se encontraba el pueblo, la primera preocupación de las autoridades militares, y sobre todo de las secciones falangistas que acompañaban a las unidades del ejército, fue interesarse por los nombres de los afiliados a partidos de izquierda y de las personas simpatizantes o afines a la República.

Entre los días siete y diez de agosto, se calcula que huyeron del pueblo alrededor de cuatrocientos hombres y cincuenta y cuatro mujeres con sus hijos. Algunos eran culpables de delitos, pero la mayoría lo hicieron por el miedo que había cundido entre la población. Un miedo después justificado por el comportamiento de la Falange y el ejército.La huída era a través del campo y por la noche, ya que la estación del ferrocarril y los caminos de acceso y salida estaban vigilados por escuadras falangistas y grupos militares. El terror se extendió en el vecindario como la pólvora que lo provocaba. Algunos izquierdistas que permanecieron en el pueblo fueron fusilados en la misma puerta de sus casas como primeras medidas de escarmiento, según señalaban las órdenes del general Queipo de Llano llegadas desde Sevilla.

El procedimiento, según la opinión de los testigos y los documentos que hoy pueden consultarse en los archivos, consistía en confeccionar las listas de los militantes de partidos de izquierda. El fusilamiento era inmediato para aquellos que se habían distinguido por delitos de sangre o en la organización de las milicias populares. En caso de duda sobre la 259 militancia o los cargos que habían de facilitarse a la capitanía general, se consultaba telegráficamente a Sevilla, y Queipo de Llano decidía personalmente su suerte. Al menos en La Mina, se sabe que a ninguno de los casos dudosos consultados se les concedió clemencia u otra pena que no fuera la muerte. La mayoría de los fusilamientos, en una ejecución sumaria y sin piedad, tuvieron lugar en las tapias del cementerio. Pero otros fueron asesinados mientras huían, como si se tratara de conejos o liebres. Por su cercanía a Sierra Morena, nuestro pueblo era un vivero de buenas escopetas. Algunas de ellas se pusieron al servicio de uno u otro bando de la guerra, según las circunstancias personales o los méritos a demostrar ante el bando correspondiente, con tal de salvar la propia vida o la de un familiar.

Las personas fusiladas por el ejército y la Falange se calcula que fueron el doble de los ejecutados por los socialistas (los comunistas eran muy pocos en el pueblo y con escasa capacidad de decisión).No obstante, conviene tener en cuenta que el número de muertos de uno y otro bando no es determinante del grado de violencia. Ambos lados destilaban la misma locura de venganza. Ocurre que la izquierda radical tuvo muy pocos días para sus ejecuciones sumarias, mientras que el ejército de Franco y la Falange dispusieron de más tiempo para la labor de exterminio durante su largo mandato.

   El país entero se llenó de escombros y viudas.

A La Mina se le había aplicado un plan especial de conquista por parte de la capitanía general, al tratarse de un foco minero que puede presentar mayor resistencia, dada la rebeldía de estos obreros y su disponibilidad de explosivos (dinamita) de uso en la minería, según se dice en una información reservada del Servicio de Información Militar (SIM) de la época. Esta precaución resultó infundada, porque la población apenas opuso resistencia. Más bien ocurrió lo contrario: la participación en un colaboracionismo cobarde acabó con el buen nombre de algunas personas de las que no se esperaba este comportamiento. Posiblemente se debía a que las tropas nacionales crearon una atmósfera de inseguridad por el terror. Cualquiera podía ser acusado sin culpa. Sólo por venganzas personales. Esto provocaba un desarme moral propicio a la delación y al entreguismo más infame, con tal de salvar la vida. Fue el miedo, el sentimiento del terror en su expresión colectiva, el que doblegó los límites de la dignidad humana hasta llegar a los instintos más primarios y salvajes ante la cercanía de la propia muerte o la del padre y el hijo denunciados. El mayor daño de la guerra civil española no estuvo en las muchas personas que perdieron la vida, sino en los que la conservaron a costa de la perversión de los valores morales que anidó como un cáncer en muchos supervivientes.

Una persona que presenció conversaciones telefónicas de Queipo de Llano con los jefes militares que tomaron el pueblo, señala la insistencia del general en que los fusilamientos fueran inmediatos, en gran número y con publicidad, para que sirvieran de ejemplo a los vecinos. Estas normas las daba Queipo en una rueda de comunicaciones que hacía cada día con los núcleos más importantes de población. Acostumbraba a celebrarla por circuito cerrado al final de su arenga que todas las noches emitía desde la emisora EAJ 5 (hoy SER) de la capital andaluza. En estas intervenciones Queipo de Llano comentaba las falsas o exageradas victorias del ejército de Franco, en una anticipación de lo que hoy se conoce como guerra psicológica. Nadie diría que este general de Valladolid, de perfiles tan duros y responsable de tantas muertes en el Sur, era la misma persona que, como futuro gobernador militar republicano de Madrid, salió al balcón del Café Colonial el 14 de abril de 1931 y pronunció un exaltado discurso a favor de la República y contra la Monarquía que hemos vencido en este día de orgullo para todos los españoles de buena fe. Fueron las palabras de este militar que durante la guerra
ordenó la muerte de tantos correligionarios suyos, precisamente por ser republicanos. Es lógico que Franco nunca se fiara de él.

La fuerza de los hechos que alimentan a esa madre y maestra que es la Historia demuestra que la guerra civil española tuvo su origen en una orgía de sangre donde el crimen y el odio tuvieron su representación más salvaje. Después, al cabo de los años, es verdad que los beneficiados de este enfrentamiento, donde el perdón nunca tuvo su asiento, se extendieron como una plaga en todo el territorio español. Ya integrados en el Movimiento Nacional, impusieron una paz basada en el silencio y la sumisión, tras unos años de hambre y estraperlo. Incluso más tarde consiguieron hacer feliz a una sociedad muda y sorda que se fue de excursión en un pequeño coche utilitario, el seíta; un eficaz instrumento para el olvido de aquella dictadura que para otros se hacía interminable.Es cierto que el citado Movimiento Nacional creó la Seguridad Social, las becas-salario, las magníficas universidades laborales. Es cierto que ningún régimen político posterior ha igualado al franquismo en la construcción de viviendas sociales para aquellos que vivían en chozas o casas en ruina. Es cierto que en los años del desarrollismo, gracias a algunas cabezas pensantes del Opus Dei y al saldo favorable de tantas divisas procedentes de miles de emigrantes, se consiguió un bienestar social ya lejos de la hambruna de los años cuarenta. Pero no es menos cierto que la guerra civil y la larga dictadura estigmatizaron el carácter de muchos españoles con un miserable legado muy difícil de erradicar en el futuro. Una vez más, los apuntes que mi padre dejó sobre lo que ocurría en La Mina y en aquella España difícil y energúmena son una llamada de atención en la crónica de aquel tiempo, cuando escribe:

La guerra civil fue el prólogo de un largo período de escasez que dejó a España esquilmada no sólo materialmente, sino con una merma lamentable de los valores sociales y políticos. La Mina, el país entero, se llenó de escombros y viudas.Un sentimiento de desamparo precedió y fue denominador común de la larga dictadura. Tal vez al paso del tiempo, cuando se puedan evaluar con más tranquilidad los efectos devastadores de esta guerra, el resultado más negativo no será el de las cuantiosas pérdidas materiales, y ni siquiera la suma, todavía desconocida, de tantas personas que perdieron la vida en un holocausto sin sentido.

El tiempo convencerá a las futuras generaciones de que el mayor daño de esta guerra estuvo en el proceso de descomposición que ha sufrido la conciencia colectiva del pueblo español; en la pérdida de nuestra identidad europea que tanto defendió la República; y en la forma tan desgraciada en que hemos mostrado al mundo civilizado nuestros instintos más bajos, repitiendo nuestro comportamiento de la conquista americana que Bartolomé de las Casas ya contó con detalle.Este cambio de mentalidad es posible que haga interminable la dictadura militar impuesta por el bando victorioso del conflicto.

No fue fácil para nosotros plantear de una manera imparcial y serena los acontecimientos de la guerra civil en un pueblo como el nuestro, con un fuero especial para la represión dictado por los vencedores. En La Mina abundaron los crímenes y las persecuciones para satisfacer venganzas personales. A veces corrió la sangre en asesinatos premeditados que hoy repugnan por su refinamiento. Todos estos crímenes tuvimos la paciencia y el horror de documentarlos. Pero narrarlos aquí, cuando ya empieza a escasear el espacio para esta historia, sería un empecinamiento obsesivo con la barbarie.

Al estudiar con detenimiento los atropellos que se cometieron, sorprende cómo acciones de gran bajeza humana se interpretaban como heroicidades en uno y otro bando. Al principio de la guerra, una persecución de monjas en Málaga o el despojo de la sotana a un sacerdote en la vía pública de un pueblo de Jaén, eran motivo de celebración festiva en el bar de Pepiyo, en el barrio de Las Cuevas. En el bando contrario, la paliza en el cuartel de la guardia civil a un izquierdista que había sido sorprendido pegando carteles de la FAI, servía de jolgorio en el selecto casino de La Amistad, frecuentado por las fuerzas vivas del pueblo y los ingenieros de las minas. Al construir el relato de los hechos, no era el contraste de las ideas políticas lo que nos llamaba la atención, sino la celebración del mal ajeno convertido en un odio gratuito y sin sentido.

Autor Antonio Guerra Gil.

"LA MINA" estará en todas las librerías a partir del 20 de Junio.

Petición de Libros a la editorial Siarum Editores C/ Santa Angela de la Cruz nº16 Utrera (Sevilla). Tlf: 669872872.

*Todos los resúmenes están realizados por su autor, publicando en el blog todo lo que el nos envía para este fin.