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martes, 25 de noviembre de 2014

Leyendas de Villanueva del Río y Minas

"LA CRUZ DEL LEAL"

En este post queremos dejaros un vídeo de un lugar peculiar de Villanueva del Río y Minas, que no todo el mundo conoce, "La cruz del Leal".

Este vídeo realizado por Francisco Aguilera Guerrero, lo podéis encontrar en Youtube, pero os dejamos aquí un enlace donde podéis verlo y escuchar su historia. Gracias por compartir este trabajo.

 

En las noches claras de luna llena... ¿Quien no ha visitado este lugar alguna noche?...

Saludos Miner@s que estais por el Mundo.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Huellas y Fósiles

"Hablar con la Almohada".

Es una columna de nuestro Paisano y amigo Pepe Hinojo, en una revista Comarcal llamara Viva la Vega (www.vivalavega.es) que se edita una vez cada 15 días, Pepe nos comento la posibilidad de compartirla con vosostros/as y aquí la tenéis:


Son muchos los lugares que poseen algún tipo de vestigio de dinosaurios, creando sus propios museos con sus huesos petrificados para ser visitados; o bien para abrir una ruta donde las personas puedan ver grabadas en las piedras del suelo la icnitas o huellas de estos animales del jurásico, con el objeto de atraer al mayor número posible de turistas, con el consabido desarrollo económico que esto genera. En algunas regiones españolas están procurado sacar el máximo provecho a todo lo relacionado con este tema. Así ocurre en mucho pueblos de la Rioja, donde han sido localizadas gran número de huellas. Al lado de las mismas han puesto reproducciones  a escala natural de los dinosaurios s las que se supone que pertenecían las ictinas. De este modo, crean en el paisaje un espectáculo al que a diario acuden un gran número de personas para ver in situ, las reproducciones de estos gigantes, como por ejemplo, las que hay en la llamada "Ruta del Jurásico", que abarca parte de Asturias y de La Rioja. En el término municipal de Villanueva del Río y Minas, para todas las personas interesadas por la vida que hubo en la tierra hace millones de años, existe campo suficiente para hacer uso de ello. Si los organismos oficiales, Ayuntamiento o la corporación Municipal de turno se sensibilizaran con el tema podrían sacarle bastante beneficio, igual que están haciendo en otros municipios con menos posibilidades que las que tiene este, proporcionando y creando un museo local o una ruta de dinosaurios a las que acudirá un gran número de turistas o visitantes. Por no prestarle el debido interés, muchos han sido los vestigios que han sido encontrados en la comarca y se han perdido o perderán.

Todos los Mineros que trabajaban en las minas se encontraban casi a diario en las explotaciones de carbón , troncos de árboles fosilizados, ramas y hojas de helechos grabados en las piedras como si fueran un cliché fotográfico, exponente de la abundante vegetación de lo que fue un espeso bosque hace millones de años, que por causa de un cataclismo quedó sepultado, transformándose en el carbón de hulla. Del Medioceno Superior hay depositado en los fondos de la colección de fósiles del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Sevilla, un gran Número de piezas procedentes de Villanueva del Río y Minas, talescomo Clypeaster Insignis o Erizo de mar. De estas piezas del terciario, con más de 20 Millones de años, no dejan de salir ejemplares en este municipio, además de almejas, caracoles y dientes de Tiburón. y por si fuera poco, hasta ballenas. En el año 1985 pude fotografiar algunas vertebras de gran tamaño pertenecientes a una ballena, que salieron al hacer la cimentación de cerramiento del Colegio Público Virgilio Fernández Pérez, y, por no darse cuenta los obreros que manejaban las excavadoras, los restos fosilizados de este cetáceo fueron arrojados involuntariamente al vertedero.

Providencialmente, aquel mismo año, en la finca que tiene junto al Arroyo Galapagar el vecino de Villanueva del Río y Minas, F.Garcia Lomba, cuando este estaba perforando un pozo para sacar agua, al llegar a una profundidad de unos ocho metros, tropezó con los huesos de un enorme animal ; Saco varios a la superficie, que resultaron ser los del esqueleto de una ballena perteneciente al Mioceno. con unos 18 Millones de años de antigüedad. Según el estudio que hizo de ello la Paleontóloga, Eloisa Bernáldez, este gran cetáceo parece que era de grandes dimensiones, con unos diecinueve metros de longitud, Estos grandes mamíferos acuáticos habitaban los mares cálidos del Mioceno, antes de que comenzasen las regiones del mar de Tethis. Este mar comunicaba el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, a modo de gran canal de paso, con unas condiciones ambientales óptimas de temperatura y profundidad para estos animales. Hasta la fecha de hoy, aun no ha sido sacada a la superficie la ballena del Galapagar, debido al gran coste que conllevaría realizar dicha labor.

En otras localidades, no ocurriría lo mismo pues ya habrían rescatado el cetáceo y lo tendrían expuesto en un Museo de ciencias Naturales. Las vertebras rescatadas se las lleva la paleontóloga para estudiarlas. Según esta, la importancia de este hallazgo radica en que es el único gran cetáceo que posiblemente este entero. También porque sus restos no están petrificados, manteniéndose los espacios interóseos perfectamente visibles. La palabra dinosaurio proviene del Griego Dino (terrible) y saurio (Lagarto). De estos animales tenemos en el entorno varias huellas que se quedaron petrificadas, (aunque los antiguos creían que las mismas eran las garras del diablo). En el arrollo Trujillo se localizan varias icnitas con millones de años, pertenecientes a un animal del Jurásico; se trata del ignanodón, animal con dientes de iguana, herbívoro de gran tamaño, bípedo tridáctico, dedos anchos y cortos de movimientos lentos. Otra que hay en la Ribera del Hueznar a la altura del antiguo Matadero, según opinó la paleaontóloga Eloisa Bernaldez, están grabadas en la misma clase de roca que las icnitas del arrollo trujillo y pueden que pertenezcan a esa clase de dinosaurio. Existen más icnitas o huellas junto al  Arrollo Tamojoso, en su margen izquierdo a la altura del regajo de la Fuente de la Rata Madre, estas pueden pertenecer a un Vulcanodón, enorme dinosaurio del Jurásico con más de 200 Millones de años y con un peso entre 550 y 850 Kg y una longitud de 6 a 7 Metros y medio. Que Hermoso sería poder contemplar como atracción turística, en el entorno del bello paisaje de la Ribera del Hueznar y el arroyo Tamojoso, junto a las huellas allí existentes, la reproducción a escala natural de estos enormes dinosaurios que poblaron nuestro planeta hace millones de años.

Aquí termina este articulo de Pepe Hinojo.

Añado además que en la web de Juan Rodriguez podéis encontrar algunas fotografías e información sobre este tema:


Espero que os haya gustado.



jueves, 25 de septiembre de 2014

V Aniversario Miner@s Por el Mundo (Villanueva del Río y Minas).


Villanueva del Río y Minas

Después de muchísimas vivencias, seguimos trabajando con mineros/as de muchísimos sitios, prestando información, dialogando, debatiendo, innovando, publicando artículos en nuestro blog (con mas de 16000 visitas), interactuando en redes sociales, Facebook: Miner@s por el mundo (1716 usuarios) y Twitter @Minerosxelmundo (este con menos actividad de momento pero trabajando para llegar cada dia a más miner@s 312 Seguidores), contamos con colaboraciones de muchos/as miner@s que nos escriben para publicar sus artículos en nuestro blog, simplemente por compartirlo con todos/as los/as demás.

Hemos vivido casi en directo muchos eventos, romerías, navidades, semana santa, trasladando a muchos/as que están fuera del pueblo imágenes, vídeos, para que puedan estar un poco mas cerca.
Hemos tenido el placer también de tener en nuestro grupos a grandes personas que hoy en día por desgracia ya no se encuentran entre nosotros pero que siempre estarán en el corazón de casi todos los Miner@s por el mundo.
Y muchísimas cosas mas que suceden diariamente en nuestro grupo, todo ello gracias a todos/as los que formáis parte de el.

Solo quería recordaros con todo esto que desde Octubre de 2009, comenzó a funcionar nuestro Blog, y antes nuestro grupo en Facebook al cual no se exactamente con que fecha comenzamos, porque nunca imagine que llegáramos a ser tantos/as, pero que estimo que fue en 2008. Por lo tanto podemos decir que “Miner@s por el Mundo ya tiene 6 años”, casi nada, pero la fecha oficial es 1 de Octubre de 2009 fecha en la que comenzó a funcionar nuestro blog, esa sera la fecha en la cumpliremos un años más, 5 años. 


Felicidades a tod@s l@s que formáis
parte de esta gran Familia¡¡¡¡¡


Un saludo a todos/as Los miner@s por el Mundo

Os recordamos que estamos abierto a publicaciones en nuestro Blog, para más info contactar con Guadalminas@gmail.com


miércoles, 28 de mayo de 2014

ÚLTIMO RESUMEN "LA EXPLOSIÓN DE JUNIO DE 1936"


http://minerosporelmundo.blogspot.com.es/2014/05/la-historia-de-la-mina-serapresentada.html

“LA MINA” SERÁ PRESENTADA EN LA FERIA DEL LIBRO DE SEVILLA 

(1 Junio a las 7 de la tarde).

MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL LIBRO




RESUMEN CAPITULO "LA MINA"


LA EXPLOSIÓN DE JUNIO DE 1936

El pronunciamiento militar que provocó la guerra civil en España tuvo un triste prólogo en La Mina. El sábado 20 de junio de 1936, a las siete y quince minutos de la tarde y a seiscientos metros de profundidad, en el piso dieciséis del pozo número cinco, murieron diez mineros: los hermanos Rafael y

Vicente Nieto Venegas, Antonio Cruz Fernández, Plácido González Rodríguez, Claudio Rodríguez Martínez, Antonio Hinojo Guirado, Juan Cantero Calero, Rafael Martínez Montero, José González González y Juan José López Molinero. Más dos heridos muy graves: Fructuoso López Díaz y Manuel Peña Vázquez. El causante de tanta muerte y desgracia ya lo conocen: el gas grisú que volvió a aparecer sin piedad como el asesino de otras ocasiones.

En el momento de producirse la explosión se encontraban 450 mineros en el interior de las explotaciones. Todos pudieron morir, pero esta catástrofe pudo evitarse gracias a la heroica actuación de los ingenieros George Juvenal, Manuel Rivera y Gregorio Reina que, con riesgo de su propia vida, desalojaron a los mineros del lugar y con cámaras antigas penetraron en la zona de peligro y evitaron la alta concentración del gas en cul de sac, la causa más peligrosa de explosión, según el manual de seguridad de la minería francesa. El rescate de los diez cuerpos sin vida y de los dos heridos con quemaduras de tercer grado en más del ochenta por cierto del cuerpo, presentaba gran dificultad. Grandes bolsas de grisú se habían concentrado en las galerías afectadas. Esto podría provocar una segunda explosión de dimensiones mayores. Al fin, los tres ingenieros pudieron llegar al final y lograr vías artificiales de ventilación.

Al entierro de los diez mineros, presidido por el último alcalde republicano, Miguel Egea Córdoba, asistieron diez mil personas entre los vecinos del pueblo y los compañeros de trabajo llegados desde Alcolea del Río, Tocina, Lora del Río, Cantillana y Peñaflor. Todos los periódicos de aquel tiempo se hicieron eco de la impresionante manifestación de duelo, en la que destacó la monumental ofrenda floral realizada por Antonio García López Pilongo en su taller de escultura. Era el adiós de todos los compañeros que Pilongo había realizado con cariño, como un minero más, en su papel de artista consagrado.


Mineros muertos en la explosión del 20 de junio de 1936.
(Foto y montaje del diario El liberal (26.6.1936).
Entre las muchas informaciones sobre la explosión destacó el relato del diario El Liberal, publicado el 29 de junio de 1936. En él se entrevistaba a Rafaela Venegas, madre de los fallecidos Rafael y Vicente Nieto Venegas. En la entrevista –un clamor de madre destrozada– esta mujer se lamentaba de haber perdido tres hijos en las minas, pues el primero fue Francisco (Paquito), muerto a la edad de quince años en una explosión de grisú en 1904.

Hay un detalle que tampoco escapó a las informaciones de estos días: el gesto adusto de filas interminables de mineros que, puño en alto y cerrado, saludaban el paso de los féretros. Esta actitud anticipaba una disposición de ánimo que, unos días después, sería determinante en el curso de la guerra civil en nuestro pueblo. Además de esta lucha contra el grisú, en la que siempre pierden los mineros, ahora llegaba la otra batalla de dos bandos políticos enfrentados por un odio que también ha ido concentrándose con la misma capacidad de destrucción que el gas metano o de los pantanos. De ahí que los horrores de la guerra civil en La Mina superen en crueldad a otros pueblos. Ni siquiera había terminado el rito del teñido de las prendas en negro después de las diez muertes… (De los periódicos)

En mi pueblo, después de cada explosión, aquellos cubos de cinc hirviendo por patios y azoteas eran todo una ceremonia. Ellos contenían las pastillas del tinte de la marca Iberia y la ropa de color que se convertiría en el hábito negro de todos los miembros de la familia para
guardar el luto. Eran lutos de larga duración y reclusión obligada para los allegados más cercanos de los mineros muertos: padres, esposas, hijos, hermanos…Todos eran condenados durante años a no pisar el cine o una fiesta; a no frecuentar los bares y sobre todo los bailes, los fabulosos bailes de La Mina que eran media vida para jóvenes y mayores, con aquella exaltación del bolero, el mejor quitapenas, a cargo de la orquesta de Félix Fuentes.

Como si ya no tuvieran suficiente desgracia con la pérdida del ser querido, esta paradoja de los interminables lutos ausentaban de la vida a las familias de los mineros muertos, sin permitirles la frecuentación de estas distracciones para aliviar el dolor de tanta desgracia. Los hombres incluso lucían en la manga izquierda de la chaqueta, a la altura del corazón, una franja negra-negrísima durante todo el tiempo que duraba el luto. Nunca supe muy bien si esta marca tan visible, más propia de prisiones y campos de concentración, era una muestra de dolor o la señal que advertía públicamente sobre la conducta a seguir por el portador durante el tiempo reservado a la memoria del difunto.


LA MUERTE DE UN MAESTRO.-


Don Francisco Fuentes Bravo, maestro de primera enseñanza del colegio de los Hermanos Maristas, fue ejecutado el 30 de julio de 1936 por un tribunal popular compuesto por militantes del PSOE que rozaban el analfabetismo. La crueldad de este asesinato y el ensañamiento de las torturas inferidas a su cuerpo, semienterrado y aún con vida, muestra uno de los crímenes más crueles de la guerra civil española. Tal vez fue la prueba más fiel del odio y el sectarismo desplegados por la izquierda en La Mina durante los citados diecinueve días. Los únicos motivos encontrados para el final tan trágico de este hombre, muy querido en el pueblo, fue que era presidente de Acción Popular, un partido legal y federado en la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), además de católico de comunión diaria. Estos fueron sus delitos.

Don Francisco Fuentes
Bravo, asesinado por los
socialistas el 30 de julio de
1936.

 El seguimiento de los últimos días de la vida de don Francisco Fuentes, incluida su muerte, ha sido uno de los trabajos más duros y penosos del Sanedrín. No sólo por los detalles de su cruel asesinato,
que están bien documentados y cuya versión siempre ha circulado por el pueblo con cierta verosimilitud. Lo más difícil de este trabajo ha sido la exhaustiva reconstrucción de los últimos días de la víctima, desde su detención el 18 de julio, hasta su muerte el 30 del mismo mes. Baste decir que tres veces fue rechazado por el Sanedrín este informe, y otras tantas veces fueron entrevistados nuevos testigos y solicitadas nuevas certificaciones que se conservan en nuestros archivos.

La sublevación contra la República o el Alzamiento Nacional, según la nomenclatura de ambos bandos del conflicto, le sorprendió a don Francisco Fuentes Bravo en Sevilla, antes de iniciar un viaje a Valencia,
donde, como cada año, se dirigía para recoger a su sobrino, Rogelio Millán Fuentes, que estudiaba en un colegio para huérfanos de médicos. Cuando llegó a Sevilla se encontró con que los trenes habían suspendido su salida, al estar tomada la ciudad por las tropas del general Queipo de Llano. Don Francisco, que tenía a toda la familia en el pueblo gaditano de San Fernando pasando las vacaciones, decidió volver a La Mina para recoger algunos enseres personales y reunirse con los suyos cuanto antes, en vista de su imposibilidad de viajar a Valencia. Al no poder volver al pueblo por ferrocarril ni por autobús, decidió emprender el camino de vuelta a pie. Así llegó hasta Alcalá del Río.

Su hija Consuelo nos recibe en Mérida, la ciudad extremeña donde vive con una de sus hijas. A los setenta y cuatro años de edad muestra en sus ojos todo el desamparo que supuso para ella una muerte tan cruel como la de su padre. Consuelo ha roto en llanto después de tantos años, y nos pide perdón, cuando somos nosotros los que debemos excusarnos, y así lo hacemos, por esta intromisión en su intimidad. Tras pedirle autorización, que nos ha concedido, hago una señal a Pepe Hinojo para que conecte la grabadora.

El maestro fue conducido directamente a la Casa del Pueblo y sede del PSOE, ubicadas en lo que después fue y sigue siendo Convento de las Hermanas de la Cruz. No hubo intervención del juez ni de ninguna autoridad competente. Desde el primer día de su retención, detención o secuestro, don Francisco fue asistido, en vista de la ausencia de su familia, por una buena mujer que ustedes conocen, Juana García López la Pilonga. Sabiendo que los alimentos que le ofrecían eran insuficientes y de mala calidad, y que el calabozo carecía de las mínimas condiciones de higiene, Juana le llevaba cada día la comida recién hecha y la ropa limpia que necesitaba. La incomunicación impuesta por los socialistas imposibilitó tomar contacto con su familia. Con la Pilonga no se atrevían, porque su carisma y su buen corazón estaban por encima de ideas y de partidos en el pueblo. En más de una ocasión, en vista de su fuerza y virilidad, molió a hostias a más de un sinvergüenza, sin preguntarle si era de derecha o de izquierda.

El 21 de julio de 1936, cuando ya se cumplía el tercer día de su apresamiento, y se hablaba de una inminente toma del pueblo por las tropas nacionales, Juana le propuso al maestro un plan de fuga:

– Don Francisco –dijo en voz baja en un descuido del miliciano que vigilaba la entrega de la comida y la ropa–, debe usted escapar de aquí. Es muy fácil salir por la puerta de atrás durante la madrugada.

Lo llevaré a mi casa y desde allí buscaremos un lugar para esconderlo.

– Yo no he hecho nada, Juana –respondió el maestro convencido de su inocencia–, y nada me pueden hacer. Algunos de los socialistas que están aquí han sido alumnos míos, y saben que nunca hice mal a nadie.

– Dicen que le van a juzgar ellos mismos.

– Pues que me juzguen. A nada me pueden condenar por ser presidente de un partido legal.

– No se fíe, don Francisco. Esta gente es capaz de todo.

–No te preocupes, Juana. Ya verás como no pasa nada.

A escondidas. Sin consultar al alcalde republicano ni ninguna autoridad competente, el comité local del PSOE constituyó un tribunal popular, amparado en la ley de la República. Francisco Fuentes Bravo fue juzgado y condenado a muerte, sin derecho a abogado ni a un juicio mínimamente justo. Lo juzgaron militantes socialistas que rozaban los límites del analfabetismo, y estaban enloquecidos por una insaciable sed de venganza. Al amanecer del 30 de julio de 1936, lo trasladaron a las cercanías del pozo número siete, cercano a unos edificios de ventilación que aún se conservan en perfecto estado. Este complejo minero se encuentra a no más de doscientos metros de la Venta de las Cañas, donde siempre vivió Juana García López.

Antes de que se formara el pelotón de fusilamiento, según consta en las actas del juicio celebrado años más tarde, don Francisco pidió ser asistido por un sacerdote, pero le fue negado. Ya había amanecido plenamente.

Entre improperios y chanzas sobre lo que le esperaba a la derecha por haberse sublevado contra la República, los socialistas constituyeron el piquete de ejecución, mientras Juana observaba desde la ventana de su casa. Ni siquiera habían tenido la entereza –nos contó Juana muchas veces– de mantenerse sobrios para algo tan serio como dar muerte a una persona. Estaban borrachos, borrachísimos, porque no tenían cojones ni valor para ejercer su oficio de asesinos con un mínimo de dignidad. Al menos por respeto a un hombre que iba a perder la vida sin haber hecho nada malo. Sólo enseñar a muchos niños del pueblo a leer y escribir.

Según los testimonios de Juana y tres vecinos más, montaron dos veces el piquete, pero no se tenían de pie. La primera vez ni siquiera dispararon entre risotadas y cánticos. La segunda dispararon, pero no alcanzaron a zonas vitales del condenado para producirle la muerte al instante. A pesar de todo, lo lanzaron como un trapo a una fosa poco profunda que habían cavado en plena borrachera. La cabeza y un brazo quedaron al descubierto. El cuerpo, aún con vida, manifestaba estertores en el brazo.

– Entonces ocurrió lo más cruel –prosiguió Juana, secándose las lágrimas–. Algo que nunca olvidaré mientras viva. Todos los socialistas, los del tribunal y el piquete, fueron pasando dando puntapiés a la cabeza de don Francisco, como si se tratara de un balón de fútbol.

Entre gritos y chistes, cuando la sangre ya cubría a borbotones la cabeza del maestro, le sepultaron del todo, casi a flor de tierra, con una porción del brazo al descubierto, que cubrieron las moscas al momento. Cuando todos se fueron –concluyó Juana– encontré dos garrafas de vino vacías en el edificio de ventilación del pozo siete.

Las guardé en mi casa por si un día pudieran ser útiles como prueba.

martes, 20 de mayo de 2014

RESUMEN "LA MUERTE DE SERAFÍN RODRÍGUEZ ¿UN ASESINATO?"



“LA MINA” SERÁ PRESENTADA EN LA FERIA DEL LIBRO DE SEVILLA (1 Junio a las 7 de la tarde).

http://minerosporelmundo.blogspot.com.es/2014/05/la-historia-de-la-mina-serapresentada.html
MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL LIBRO

RESUMEN CAPITULO XV LIBRO "LA MINA"



LA MUERTE DE SERAFÍN RODRÍGUEZ ¿UN ASESINATO?
  

Serafín Rodríguez González, un joven de veintidós años que cumplía el servicio militar en el Cuartel de San Roque (Cádiz), pasaba un mes de permiso en La Mina. El 1 de julio de 1950, decidió pasar el día con su abuela, que vivía en el cercano pueblo de Tocina. Serafín siempre había estado muy unido a ella desde que su familia se trasladó a estas minas en busca de trabajo, procedente de Serón (Almería), como otros emigrantes.

Aquel día se levantó muy temprano para coger de su huerto un canasto de higos chumbos, la fruta predilecta de su abuela. Lavó y barrió los higos para retirar las espinas, se duchó, tomó el desayuno y emprendió la marcha hacia Tocina. Se mostraba contento por la alegría que sentía ante la visita a su abuela por la que sentía adoración.

Al llegar a las cercanías de La Lantiscosa, en el paraje donde el río Hueznar es atravesado por un puente, Serafín se encontró con una pareja de la guardia civil compuesta por un número del Cuerpo y el sargento Miguel Caballero. Éste se dirigió a él y le preguntó de donde venía y qué llevaba en el canasto. Serafín respondió a las dos preguntas. Pero el sargento Caballero insistió en que los higos eran robados, lo que el joven negó. Entonces el comandante de puesto quiso hacerse por la fuerza con la mercancía, y ante la resistencia de Serafín lo golpeó con dureza hasta hacerlo rodar por el suelo, donde le asestó varias patadas en el costado y en el rostro. Ante los intentos que hizo el agredido para levantarse, Caballero ordenó al guardia civil que lo acompañaba que disparara a matar, orden que el agente no obedeció. 
Inmediatamente,Miguel Caballero montó el subfusil y disparó tres veces sobre el cuerpo del joven. Un tiro le atravesó la cabeza y dos impactaron en el pecho, alcanzando el corazón y los pulmones. Las heridas fueron mortales. Eran las once en punto de la mañana.
Serafín Rodríguez González, muerto por
la guardia civil.
Tres personas de la hacienda de La Lantiscosa, dos hombres y una mujer, fueron testigos de la discusión. Cuando oyeron los tiros se acercaron hasta el lugar de los hechos. El sargento cogió la cartera del bolsillo del cadáver y comprobó que se trataba de un soldado. Junto a la documentación también encontró una fotografía de Serafín con un compañero del Regimiento de Pavía, donde cumplía el servicio militar, y con el capitán de su Compañía. En aquel momento, delante de los testigos, Miguel Caballero se desgarró él mismo los botones del uniforme.

Al percatarse de la cercanía de las personas que habían bajado al ruido de los disparos, los encañonó con el mismo fusil ordenándoles que se marcharan.

Los testigos que firmaron y figuran en el acta de defunción, Antonio Pera Saldaña y Antonio Rodríguez, eran falsos. Se trataba de dos miembros de la policía municipal que fueron obligados a firmar una versión amañada de lo ocurrido dictada por la guardia civil.

Estos policías locales difícilmente pudieron estar presentes en el lugar de los hechos, como se decía en el atestado, porque a esa hora, once de la mañana, estaban prestando servicio en el centro urbano del pueblo, justamente en las cercanías del mercado central, como pudo comprobarse por una orden de servicio rescatada del archivo de la policía.

Todo ocurrió muy deprisa, incluida la presencia de don León Rodríguez, uno de los médicos del pueblo y conocido colaborador de la guardia civil, quien certificó la muerte por hemorragia interna y grandes traumatismos producidos por arma de fuego. Pero no indicó el número de impactos ni las circunstancias en que se produjeron estas lesiones mortales. Por otra parte, era imposible que las diligencias fueran instruidas el mismo día por el teniente juez instructor de la 138 Comandancia de la guardia civil, como se dice en la comunicación del juzgado del pueblo, puesto que este juez llegó al pueblo varios días después de la muerte de Serafín, cuando el cadáver ya había sido recogido por los agentes. Además: ¿Por qué la instrucción corrió a cargo de un juez militar, y no de don Ramón Márquez Banqueri, que ocupaba la plaza de juez comarcal en el pueblo?

A la familia de Serafín Rodríguez González, conocida en La Mina por el apodo de Los Manchegos, ni siquiera se le permitió, al principio, ver el cadáver, siendo éste trasladado al cementerio por varios guardias civiles. Aquella misma tarde fueron llamados al cuartel de la guardia civil los tres testigos que presenciaron el asesinato.

A todos se les advirtió que en ningún momento debían de confesar ante nadie lo que habían visto aquella mañana, salvo que se arriesgaran a sufrir las consecuencias, según palabras de Miguel Caballero, comandante de puesto en La Mina. La amenaza sirvió esta vez de poco. Porque la indignación del pueblo era tan grande (aunque sufrida en el soterrado silencio del miedo) que los testigos no ahorraron detalles al contarnos la muerte de Serafín, tan querido en el barrio de Las Cuevas.

Autor Antonio Guerra Gil.

"LA MINA" estará en todas las librerías a partir del 20 de Junio.

Petición de Libros a la editorial Siarum Editores C/ Santa Angela de la Cruz nº16 Utrera (Sevilla). Tlf: 669872872. Sin Gastos de envío.