Cuanto me cuesta quedarme dormido.
Cuanto miedo, cuando me quedo
dormido.
Que malos son mis sueños.
Sufro y padezco.
¡¡Por mis hijos!!
¡¡Por mi mujer!!
¡¡Por mí mismo!!
¡¡Por mi familia!!
¿Qué piensa un minero, cuando tiene
que ir a trabajar?
¿Cuantas vueltas le da, a la cabeza
antes de bajar a la Mina?
¿Cuánto miedo acumulan en sus mentes,
sufriendo por los suyos?
¿Cuánto valor escondido en sus
cuerpos?
¡¡Que despertar más fatigoso tenemos
los Mineros!!
¿Nos funcionará bien, la lámpara de
grisú?
¿Me tocará a mí, romper la veta del
maldito gas?
¿Se me derrumbará a mí, la galería?
¿Entibarían bien el turno anterior,
la galería?
¡! Qué miedo tengo a infectarme la
herida, con el agua putrefacta de la Galería ¡!
Todo este miedo lo sufro y lo
padezco, por mi mujer y mis niños, porque no les falte de nada, porque no
lleguen a bajar mis hijos a este infierno, porque tengan unos estudios y sean
hombres y mujeres de provecho el día de mañana.
No quiero Mina, ni campo para ellos,
quiero que se sitúen lo mejor posible donde sea, en la capital o en cualquier
otra de España o del Extranjero pero aquí no, ya tuvo bastante su padre con
bajar a este infierno, algún día reconocerán lo que hicimos por ellos.
Estos y muchos más, eran los
pensamientos de un Minero, en su terrible esfuerzo por sacar adelante a sus
familias.
José A. Montero
01/08/2.016
Muchas gracias por compartirlo con tod@s nosotr@s.
Muchas gracias por compartirlo con tod@s nosotr@s.