Miner@s por el mundo

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jueves, 15 de mayo de 2014

RESUMEN CAPÍTULO EXPLOSIÓN 1904

“LA MINA” SERÁ PRESENTADA EN LA FERIA DEL LIBRO DE SEVILLA (1 Junio a las 7 de la tarde).



http://minerosporelmundo.blogspot.com.es/2014/05/la-historia-de-la-mina-serapresentada.html
MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL LIBRO

RESUMEN CAPÍTULO: LA EXPLOSIÓN DE 1904

Ya estamos frente a la copiosa información que hemos desplegado sobre la explosión más grave en estas minas, tanto por el número de muertos como por sus consecuencias posteriores. Ocurrió en el año 1904. Mi padre va sacando de la carpeta, con una parsimonia que más se parece a la tristeza que a la búsqueda del pormenor, informes, fotos, planos, recortes de periódicos, algunos de ellos corregidos por sus muchas imprecisiones, y otros tachados por completo debido a su falsedad.

A la llegada de la República, había en La Mina 59 niños mineros. Un número mayor que en el resto de las minas españolas. En la explosión de 1904 perdió la vida Francisco Nieto Venegas (Paquito), aún sin cumplir los 15 años. En la imagen, un niño minero asturiano.
A la llegada de la República, había en La
Mina 59 niños mineros. Un número mayor
que en el resto de las minas españolas. En la
explosión de 1904 perdió la vida Francisco
Nieto Venegas (Paquito), aún sin cumplir
los 15 años. En la imagen, un niño minero
asturiano.
Junto a todo este material figuran sus impresiones personales, que relatan con todo lujo de detalles los aspectos más precisos de esta catástrofe.

En la madrugada del 28 de abril de 1904 , cuando se procedía al relevo de los mineros del pozo número cinco, se oyó una detonación que conmovió todas las galerías de este frente de trabajo.

Su onda expansiva produjo el derrumbamiento de grandes masas de tierra y mineral que ocasionó 64 muertos y muchos heridos. La noticia no se conoció hasta la diez de la mañana. Como cada vez que ocurría un desastre de este tipo, la sirena de la Compañía sonó fuera del horario habitual. Una verdadera avalancha de esposas, hijos y hermanos llegó hasta el lugar del siniestro. Era la angustia habitual de tantos accidentes similares como habrían de repetirse en el futuro. Todos querían saber si había algún minero muerto en su familia. Las fuerzas de la guardia civil, mandadas por el sargento González, apenas podían contener la gran masa de personas que pedía información, al mismo tiempo que obstaculizaba el rescate de los cadáveres y la evacuación de los heridos.


El rescate de los cadáveres y la evacuacón de los heridos en la
explosión de 1904 provocaron una avalancha de familiares en
el lugar del siniestro. Todos querian saber si había algún minero
muerto en su familia

El dolor de tanta gente honrada.-


Las primeras noticias informaron sobre cuatro mineros fallecidos de Alcolea del Río, tres de Tocina y un mayor número de Galicia.

A medida que avanzó el día se supo que estos cadáveres sólo correspondían a los mineros identificados. Pero entre los que no se habían podido identificar y los que aún no habían sido rescatados, el número de muertos llegó a ser de sesenta y cuatro. De los ochenta y cinco trabajadores que componían el relevo de ese día, sólo uno había salido con vida, y estaba muy grave. Se trataba de Manuel Crenes, que, tras ser reanimado, contó como ocurrió todo delante del juez de Lora del Río, don Manuel Halcón, quien se personó en el lugar de los hechos. Veinte de los trabajadores del relevo se salvaron milagrosamente, porque en el momento de la explosión esperaban el ascensor para bajar a la mina. A los dos días de la explosión, en vista de la imposibilidad de rescate de algunos mineros, la lista de los fallecidos fue colocada en la puerta del hospital, renovándose las escenas de dolor de los familiares.

– ¿Pero por qué? ¿Por qué? –casi grité ante aquel espectáculo de tantas muertes.
– Por lo de siempre, hijo –respondió mi padre creyendo que me interesaba por la causa del accidente–. Por el maldito grisú, también conocido como gas de los pantanos o metano. Se trata de un gas traicionero, sin color ni olor. Al no percibirse, puede permanecer en el aire sin que nos demos cuenta. Tiene todas las características de un asesino invisible, y a determinada concentración es muy peligroso al contacto con el fuego. Una vez que se mezcla con el oxígeno, su separación es imposible. Se oculta en los poros y cavidades del carbón a presiones muy altas. Y ahí espera, traicionero y expectante, hasta que encuentra las condiciones para matar, produciendo una explosión cuya temperatura alcanza los 265 grados centígrados, con una velocidad de propagación de 330 metros por segundo. Este es el gas que ha matado a miles de mineros en el mundo.


Los niños mineros.-

Las fotos que había extendido sobre la mesa eran impresionantes. Por muchos que sean los datos aportados sobre la explosión, no hay visión más certera de esta desgracia que contemplar tantos cuerpos sin vida, algunos destrozados, otros sorprendidos en la contorsión de una huida imposible. Las impresionantes imágenes valían mucho más que todas las palabras, antes que a Mac Luhan se le ocurriera la tan manida

frase. Muchos rostros mostraban el último gesto con que dejaron este mundo. Y aunque parezca increíble, había expresiones que mostraban una sonrisa de plena serenidad. Teníamos que creer, pues, a Antonio Muñoz Rubichi, cuando el jueves que preparábamos este capítulo nos contaba, como experto en minas, las cualidades asesinas del grisú: Sólo tiene una cosa buena el muy canalla –nos dijo–, que al mezclarse en la sangre en proporciones suficientes para causar la muerte, produce una especie de agradable sopor que conduce a un dulce abandono de la vida. Mientras yo contemplaba horrorizado aquellas fotos, se incorporó de la mesa, cogió un sobre color crema que había en un anaquel y volvió a sentarse frente a mí. Estaba muy serio. Antes de abrir el sobre donde pude leer la palabra Paquito, me dijo:

– No quería mostrarte esta foto, porque pensaba que podría ser muy dura para ti, pero si estáis dispuesto a seguir con la historia del pueblo y sus minas, creo que debéis conocer todo lo que aquí ocurrió, por muy desagradables que puedan parecer algunos hechos. Te voy a mostrar una víctima de esta explosión, quizás la más dolorosa, si es que se pueden establecer niveles de dolor en este espantoso accidente.

Cuando terminó de hablar, me extendió con gesto de preocupación la foto que guardaba en el sobre junto con una cuartilla. La imagen era la de un niño. Posiblemente no les dio tiempo a bajarle los párpados, y sostenía una mirada limpia, inocente, como sólo puede ser la de un adolescente. La palidez de su rostro y sus labios apenas entreabiertos daban la impresión de que iba a iniciar una conversación, tal vez para contarnos cómo fue todo, o cómo le va en esa nueva vida que ya va a durarle toda una eternidad. Su brazo izquierdo había sido separado por completo del tronco por el impacto de la explosión. Pero seguro que este desgarro había sido posterior a la muerte producida por el gas grisú. Porque con aquellos jirones de huesos y músculos en carne viva no era posible un rostro de tanta serenidad en el último adiós. Era cierto que aquello era muy duro. Apenas tuve ánimo para preguntar:

– ¿Por qué Paquito?
– Porque su nombre era Francisco Nieto Venegas, aunque todos le llamaban Paquito –respondió mi padre con la mirada baja–. Acababa de cumplir los quince años –continuó–, y trabajaba desde los doce en los servicios de ventilación.

La Fosa común.-


Las consecuencias de la explosión de 1904 no quedaron en esto. Cuando los cadáveres ya ocupaban sus ataúdes, hubo que enterrarlos en Villanueva del Río, porque La Mina, que ya era mucho mayor que su aldea de origen, carecía de cementerio. Ante el costoso abono por los derechos de enterramiento que exigió el Ayuntamiento del poblado vecino, sólo pudieron descansar en sepulturas individuales diez de los sesenta y cuatro mineros muertos. Los cincuenta y cuatro restantes fueron enterrados en una fosa común por falta de recursos económicos. A contrapelo de los acontecimientos, la Compañía construyó el cementerio de Santa Bárbara un año después de esta explosión, en 1905. Pero la humillación de la fosa común, como si de una guerra perdida se tratara, ya se había cometido en los cuerpos sin vida de estos hombres, y un niño que se fue de este mundo sin conocer los juegos propios de su edad.

El paso de la interminable comitiva de féretros por las calles del pueblo fue impresionante. Mujeres y niños despedían con llanto a sus maridos y sus padres. Muchos mineros daban el último adiós a sus compañeros con un gesto adusto, un saludo de puño cerrado, más por rabia que por ideología. Y este malestar se repitió como un presagio a lo largo de la gran concentración de personas que asistió al entierro. Una gran hilera de ataúdes fueron llevados a hombro hasta el cementerio de Villanueva del Río por compañeros que se turnaban en los muchos kilómetros de recorrido. Rechazaron de plano los cuatro camiones que ofreció la Compañía para su traslado. Y esta rabia, junto a la profunda tristeza que generó tanta muerte, se fue extendiendo lenta y segura por el pueblo, como una plaga.

La repercusión de este accidente fue enorme en toda España. Su primer detonante fue la huelga que se convocó en estas minas. El paro general que se prolonga desde el 3 al 28 de mayo de 1904, adquiere más envergadura cuando a él se incorporan, el 16 del mismo mes, fogoneros, bomberos (responsables de las bombas de ventilación y extracción del agua) y maquinistas, profesiones imprescindibles para el funcionamiento de las explotaciones. De los casi mil obreros que entonces figuraban en plantilla, más del ochenta por ciento terminó por incorporarse a la huelga.



Autor Antonio Guerra Gil.

"LA MINA" estará en todas las librerías a partir del 20 de Junio.

Petición de Libros a la editorial Siarum Editores C/ Santa Angela de la Cruz nº16 Utrera (Sevilla). Tlf: 669872872.

miércoles, 14 de mayo de 2014

LA HISTORIA DE “LA MINA” 
SERA PRESENTADA EN LA FERIA DEL LIBRO DE SEVILLA
 (1 Junio a las 7 de la tarde, se adelanta una hora).

Tienes en tus manos una novela verdaderamente singular, un relato de ficción que nace y se sostiene en la memoria de un pueblo y una mina, pero que, como ElAleph de Jorge Luis Borges, guarda los secretos y las claves de un universo más amplio: Sevilla, Andalucía, acaso España.

“La Mina” es un gran relato de Andalucía, la historia desgraciada de una oportunidad perdida; una denuncia con nombres y apellidos, con datos,
con desgarradoras historias tan reales que parecen ficticias. Una novela sobre la verdad, sobre una de las verdades que mantienen a esta tierra en
la frontera del tercer mundo. La narración de otra oportunidad perdida, de cómo desperdiciamos las enormes riquezas naturales que Dios puso en Andalucía.

Dice su autor que “la historia es más auténtica contada por los que la disfrutan y padecen; nunca por los que la escriben en sus despachos rodeados de archivos y legajos”.

La historia de “La Mina” está escrita a sangre y fuego, desde las entrañas, alejada de cualquier influencia ideológica, quizá reñida con todos los “salvadores” que ha tenido y tiene Andalucía.
Y a pesar de todo, hay lugar para la nostalgia, para la ternura, para que el autor nos cuente, junto a la gran historia, la sonriente historia del niño que fue creciendo en aquella lejana mina.
Salvador de Quinta Garrobo.

EL AUTOR: ANTONIO GUERRA GIL


 "LA MINA" estará en todas las librerías a partir del 20 de Junio. 

Petición de Libros a la editorial Siarum Editores C/ Santa Angela de la Cruz nº16 Utrera (Sevilla). Tlf: 669872872. Sin Gastos de envío.

En los próximos días Publicaremos resúmenes de algunos de sus capítulos más interesantes...


jueves, 8 de mayo de 2014

PORTADA FERIA DE ABRIL

El diseño de la portada de la Feria de Abril 2014 ha visto la luz hoy y homenajea a los quiosqueros del agua con numerosos detalles que evocan al cincuentenario de la coronación canónica de la Macarena. Ha sido ideada por Gregorio Esteban Pérez y presentada por el Colegio de Arquitectos de Sevilla.

Este singular diseño ha ganado el concurso que cada año celebra el Ayuntamiento de Sevilla con el fin de elegir cómo será la portada de la Feria de Abril del año siguiente. Su arquitecto, Gregorio Esteban Pérez, natural de Villanueva del Río y Minas, se ha inspirado en el quiosco del agua que homenajea la figura de los clásicos aguadores que poblaron Sevilla a fines del siglo XVIII y principios del XIX.

El proyecto de Esteban Pérez ha resultado el vencedor de unas 60 candidaturas que contó con 6 finalistas. Sus dos torres laterales están basadas en en un quiosco hexagonal que estaba ubicado frente al Palacio de San Telmo y los arcos centrales se inspiran en un mítico quiosco de agua que se encontraba en la popular Alameda de Hércules. De estilo mudéjar, esta portada contiene detalles que evoquen el cincuentenario de la coronación canónica de la Macarena que se celebra el año que viene.


 http://callejoven.com, Artículo y Fotografía.

ESTE ES MI PUEBLO (CANAL SUR)

Descubrimos Villanueva del Río y Minas con Miguel Caiceo

Desde Miner@s por el mundo, reescribimos la noticia sobre la emisión del programa este es mi Pueblo, que se emitirá el próximo día 10 de Mayo en Canal Sur a partir de las 16:30H, también os dejamos el enlace donde podéis verlo en internet, en cuanto este puesto en internet lo colgaremos en el blog para que podáis disfrutar de el Tod@s.  

Enlace para poder ver el programa:

http://alacarta.canalsur.es/television/programa/este-es-mi-pueblo/267


El pasado sábado 10 de mayo el programa magazine del fin de semana de Canal Sur, ‘Este es mi pueblo’, visitará Villanueva del Río y Minas (Sevilla). Su presentador, Rafael Cremades presentó , como siempre, de mostrar a los andaluces las costumbres y los encantos de este pueblo sevillano.
En esta ocasión, hemos tenido  como anfitrión de lujo al humorista Miguel Caiceo, muy vinculado con esta localidad sevillana porque allí pasó parte de su infancia. Pueblo, además, del que guarda gratos recuerdos y donde fue bautizado. Miguel Caiceo nos contará con la gracia que le caracteriza lo mejor de este pueblo asentado a orillas del Húeznar y le daremos una sorpresa inolvidable con la Hermandad de Santa Bárbara.
También conoceremos el pasado minero de esta localidad de la mano de exmineros que vivieron algunos de los sucesos más trágicos acaecidos en este pueblo. La extracción de carbón de las minas fue durante décadas su principal motor económico y por ello algunos de sus vecinos nos contarán sus vivencias en la mina y cómo sobrevivieron a los accidentes laborales hasta su cierre en 1972.
Por otro lado, también estarán en el programa Vidal y Juan Carlos Barja, batería y bajo respectivamente del popular grupo ‘Mojinos Escozios’. Nacidos en Villanueva del Río y Minas, estos roqueros recordarán su infancia y nos enseñarán uno de los paisajes más bonitos del municipio.
Además de descubrir sus fiestas, costumbres y su artesanía, Rafa Cremades aprenderá junto a Miguel Caiceo a elaborar un tradicional ‘potaje minero’, un plato típico y delicioso. Todo esto y mucho más, el próximo sábado en ‘Este es mi pueblo’.

Texto y Fotografía de http://blogs.canalsur.es.

 Algunas fotos tomadas durante las grabaciones:

 
 















A continuación os dejamos también el enlace de Youtube donde podreis ver el programa que se emitio el pasado Sábado tarde en Canal Sur:

ÉXITO DE AUDIENCIA DE VILLANUEVA DEL RÍO Y MINAS en "ESTE ES MU PUEBLO" según los datos de Canal Sur.

MÁS DE 250.000 PERSONAS SIGUIERON EL PROGRAMA

La redacción nos hace llegar el fantástico dato de audiencia, con un 11% de share y aproximadamente 253.000 telespectadores, sólo por detrás de Salud al Día y las Noticias 1. ¡Se ha superado incluso a Se llama Copla!. La media de la cadena esta en 9.8%. Gracias a todos/as por difundir, y podemos confirmar que Villanueva del Río y Minas GUSTA!
Nos alegra muchisimo que lo siguieran desde muchos lugares del Mundo.



https://www.youtube.com/watch?v=L0S-ZAdaB5Y

Fotos de www.villanuevadelrioyminas.es

lunes, 24 de marzo de 2014

PILONGO Y LA VIRGEN DE SETEFILLA

Fue entre los años 1960 y 1965 cuando tuvo lugar una historia que ha venido a mis recuerdos al contemplar una fotografía que data  de esas fechas. En ellas se ve el estandarte de nuestra patrona Santa Bárbara, desfilando en procesión a la entrada de la calle Santa María de Lora del Río, rodeada de motoristas que, desde Villanueva del Río y Minas fueron acompañándola a dicha población en improvisada romería.

La causa por la que este singular hecho sucediera tuvo origen en una historia que en aquellas fechas, D.José Montolo, periodista de ABC y natural de Lora del Río, la contó en sus artículos Pajaritas de Papel.
El protagonista principal de aquella historia fue el creador de la imagen de Santa Bárbara, nuestro paisano Antonio García López "Pilongo". Este artista era muy devoto de la Virgen de Setefilla patrona de Lora del Río. Tenía por costumbre todos los años, ir en bicicleta a la Romería de dicha Virgen. Un año de los que pedaleando hacia un calor sofocante. Agotado por la Sed, se paró para descansar y beber agua, amparado bajo la sombra de un nogal de una huerta existente a unos 4 Kms antes de llegar a Lora, junto a la carretera. Le llamó la atención ver a dos jóvenes muchachas sobre sendas sillas de ruedas, eran las dos hijas de un hortelano que, por desgracia, estaban inválidas.Cuando "Pilongo" les dijo que iba a ver a la Virgen de Setefilla, las Jóvenes, con lágrimas en los ojos, les dijeron que ellas solo conocían a la  venerada imagen por las estampas o fotografías ya que, debido a su estado físico, nunca habían podido ir a su romería. Emocionado "Pilongo" al escucharla, su mente empezó a fraguar una hermosa idea. Dirigiéndose a las Jóvenes les dijo que no se apurasen porque muy pronto la Virgen de Setefilla iría a verlas a la Huerta.
Tras la Romería, de vuelta en su casa de la venta de las Cañas, con el recuerdo grabado en su memoria de la cara de la imagen de la Virgen de Setefilla, antes que se le olvidara, comenzó a sacar bocetos. Luego con trozos de barro, fue moldeándolo hasta conseguir el rostro de la Vigen. La similitud con el original fue perfecta.

Cuando la hubo terminado, "Pilongo" mostraba su obra. Todo su empeño era hacer ver las dos distintas expresiones de la cara de la Imagen, ya que según del lado que se la miraba unas veces reflejaba dolor y otras alegrías.
Decía que esta distinta semblanza eran un mensaje de la virgen que de esta manera se adaptaban al estado de ánimo de los devotos, unas veces con alegría y otras con tristeza.

Nuestro escultor, cuando hubo terminado su obra, requirió la ayuda de Luciano Recuero, que trabajaba en el mecánico en los talleres de la empresa minera, para que le hiciera la corona y demás tributos que tenía la Virgen. Este se ofreció plenamente, fabricó de latón dorado las ráfagas y la corona, semejante a la original de la Virgen de Setefilla, con tal acierto, que brillaban como si fueran de oro puro.

"Pilongo" , con el objeto de tener siempre la Virgen a su lado, hizo dos copias iguales, una para llevarlas a las Invalidas de Lora y, otra, para tenerla en su dormitorio, junto a su cama para que lo protegiera.

Cuando llegó el día del traslado  de la imagen a Lora del Río, para entregársela a las jóvenes fuimos muchos los que quisimos acompañarla. Colocada en un "Carromoto", rodeada por los miembros de la Hermandad de Santa Bárbara, que llevaban como representación de la misma el estandarte y escoltada por motoristas de las Minas, fue conducida a Lora del Río. En esta población esperaba a la comitiva José Montoto, que hizo una bonita crónica del acto. Después de ser bendecida la imagen por el párroco de Lora, de nuevo fue acompañada a la huerta para ser entregada a las dos invalidas. Emocionadas con lágrimas de alegría, las jóvenes no sabían como agradecerle a "Pilongo" la dicha de tener la Virgen en su casa.

Pasaron los años, las dos hermanas se hicieron mayores y dejaron la huerta para irse a vivir a Lora, llevándose consigo la imagen de Setefilla. La Misma acompaño durante el resto de su existencia.

Según algunas noticias que me han llegado del paradero de la imagen, aseguran que está depositada en una vivienda de Lora del Río, cuyos propietarios son familiares de las Hijas del Hortelano.

Fue así como en los años 60 la nobleza de corazón de nuestro desaparecido artista, "Pilongo, hizo el posible milagro de hacer feliz a los dos jóvenes Hermanas.

Aquel fue un día inolvidable con el estandarte de nuestra patrona Santa Bárbara (cuya imagen fue también creación de las manos de aquella humilde, pero gran persona) desfilando triunfante junto a la Virgen de Setefilla por las calles de nuestro vecino pueblo de Lora del Río.

Articulo cedido  Por José Hinojo de la Rosa, para su publicación en Miner@s por el Mundo.

jueves, 13 de marzo de 2014

La Leyenda de la Rata Madre


(La leyenda de la fuente de La Rata Madre o Pozo de los Negritos. Contada por Pepe Hinojo)
Cada año con la llegada de la primavera el entorno de nuestro pueblo, debido a la benefactora lluvia, se reviste de un variado colorido, causado por esa gran explosión de vida vegetal que cubre todos nuestros campos, creando en el ambiente un conjunto de bellas tonalidades que invitan a perpetuarlos, bien sea a través de una fotografía o pintura.


Fue un día del mes de Abril cuando, paseando para disfrutar del paisaje me adentré andando junto al caudal de agua del arroyo Tamojoso, que estas fechas corre con vocación de río, ya que aumenta considerablemente su corriente. Llevaba por compañía a esa gran y desinteresada amiga del hombre como es mi perra Nora que se deleitaba zambulléndose en las cristalinas aguas del arroyo, con mi cámara de fotos en la mano y bloc de dibujo para tomar apuntes del paisaje en el bolsillo, caminando por la orilla, al llegar a la altura del regajo de la fuente de la Rata Madre, me dirigí en su dirección para beber de sus benefactoras aguas. Lejos del ruido de la población, en aquel entorno, donde tan sólo escuchaba el correr del agua, el canto de los pájaros y el murmullo del viento acariciando el pinar, me senté debajo de la higuera que hay junto a la fuente. Cuando estaba más relajado abstraído aspirando ese aroma tan peculiar de nuestro campo, producido por la polinización de los árboles y flores de la hermosa naturaleza, distrajo mi atención los sonidos emitidos por mi perra que aullaba al escuchar el silbido producido por el viento a través de los árboles, era como si se tratara del lamento de muchos seres humanos; me invadió un gran escalofrío haciéndome recordar una historia que me contó mi abuelo en mi niñez.
Aunque alrededor de esta fuente, se tienen noticias de que hace casi dos mil años ya había una población beneficiándose de las vetas de carbón que afloraban a la superficie tales y cómo lo demuestran las escorias de fundición de mineral y los restos de cerámica de la época romana tardía que aparecen en el entorno, fue posiblemente en el siglo pasado cuando ocurrieron los hechos a los que me voy a referir, ya que las noticias son tan escasas que no me atrevo a dar una fecha exacta de los mismos.
De todo el mundo es sabido que este maravilloso y tranquilo paisaje del pinar de San Fernado no siempre fue así, hubo un tiempo en el que había una gran actividad producida por las explotaciones de los pocitos de carbón alterándolo todo.
Cuentan que a causa de la gran demanda de carbón que había, a falta de mano de obra y debido a que la población de los pueblos limítrofes que trabajaban en la extracción era escasa por ser labor de gran dificultad y peligro para la salud; decidieron los dueños de los pozos buscar mano de obra barata, para ello trajeron gran número de negros que casi en esclavitud vivían en chozas de manera infrahumana cerca de la fuente. Eran explotados al máximo, las jornadas laborales duraban casi doce horas en condiciones de peligros constantes ya que la seguridad de los pozos ofrecía pocas garantías para las personas por falta de entibación y ventilación, todo el trabajo se efectuaba de forma manual siendo el carbón porteado a hombros hasta el exterior.
De entre la colonia de negritos destacaban cinco hermanos por su ejemplar comportamiento humano, debido a su fuerte constitución física no tenían pereza para ayudar a los más débiles en las peonadas diarias, la madre de los cinco jóvenes nunca abandonar a sus hijos. Vivía en una choza junto a ellos a los que cuidaba con la mayor dedicación posible, aunque los víveres eran escasos, ella siempre se valía de maña para apañar algo de alimento para sus hijos, ya fuera buscando o trabajando en el campo o servicio doméstico sin límites de horas, se dedicaba a acarrear con un cántaro a la cabeza el agua de la fuente a todos aquellos que se lo solicitaban, a cambio de algún dinero o alimento. Dada la manera de roer y arañar por conseguir alimentos para sus hijos, cariñosamente era conocida por el apodo La Rata Madre.
¿Quién no ha oído hablar entre los mayores de nuestro pueblo minero de la tragedia del pozo de los negritos? .
Debido a las malas condiciones en que se efectuaban las explotaciones de carbón en dicho pozo, hubo un gran hundimiento dejando sepultado gran cantidad de trabajadores negros, el número exacto de muertos no se sabe con seguridad, barajándose cifras alrededor del centenar, lo cierto es que estas personas dejaron su vida en las entrañas de la tierra casi sin apenas auxilio, dicen que dos de los cinco hermanos negritos quedaron sepultados y que los tres restante perecieron al intentar rescatarlos.
De la madre nunca más se supo, hay quien asegura que desesperada se arrojó al pozo donde desapareció entre las aguas subterráneas que absorbieron su eterno llanto y que a la fuente se la llama Rata Madre porque las aguas que emanan, son las lágrimas de una madre que no se extinguen ni en los años de mayor sequía.
Cuando volvía de regreso de mi paseo el murmullo del sonido del viento en los árboles del pinar me hizo reflexionar en el anonimato de aquellos seres que con sus vidas forjaron una parte de la historia de nuestro pueblo.

Por José Hinojo de la Rosa (Pepe Hinojo).
Fotografía de www.villanuevadelasminas.es (Juan Rodriguez).