Autora:
Mari Ángeles Martín.
Cógeme las manos.
Y cuando el astro rey dé paso a la noche no las sueltes.
¡ Que hermoso el atardecer !. Me provoca muchas emociones: nostalgia, paz, amor... una sinfonía de colores en el cielo.
Que sensibilidad tiene el sol, sonrojando a la noche en el momento en que se esconde.
Desciende pausadamente. No quiere abandonar los campos, el pinar, el olivar... Es tan hermoso que, con ese sabor del poco a poco, me parece estar viendo la vida en colores...colores violetas, dorados, rojizos y anaranjados.
! Siento que mi alma crece!.
! Siento que mi corazón se calma!.
Y contemplo con admiración cómo el Sol le da paso a la noche.
Pero se marcha tranquilo porque en el horizonte ve a la luna brillar. ! Ya la luz se desvanece!.
Entre el crepúsculo y el alba...la noche.
No es menos hermosa que el día, cuando los colores desaparecen; las estrellas y la luna adornan el cielo.
Miles de estrellas brillantes suspendidas en el firmamento...
La noche es cálida y tan silenciosa que oigo los latidos de mi corazón y el silencio del mundo.
Dejo fluir mis anhelos, risas, llantos, secretos...sueños.
La noche mece mis sentimientos y acuna mis deseos. Ya se adormecen los sentidos... Dejo ir los momentos amargos y dejo crecer los instantes dulces, mi alma se sosiega y mi corazón se endulza cuando me acaricia la noche.
La noche, amplificadora de emociones!!!
Ella nos cubre con su manto de estrellas, la luna vela nuestro sueño... y en un instante, en ese momento entre la ensoñación y el despertar sucede el milagro...se destapa el cielo.
¡ Que magia hay en la luz del alba!
Solo luz, luz cristalina y clara.
Una inmensa calma lo envuelve todo y siento como esa luz acaricia mi alma.
Silencio...despunta el alba.
¡ Es un espectáculo tan hermoso!
Se difuminan las sombras y comienza a iluminarse el cielo.
El sol sale en silencio, de puntillas, pareciera besar la tierra.
Con sus primeros rayos toma de la mano mis sueños y los lleva a la realidad...pero yo...yo no quiero despertar.
Quiero ser luz, quiero ser agua, quiero ser la brisa que acaricia la mañana. Pero el sol sigue ascendiendo...
Se despiertan los sentidos y comienzo a percibir gotitas de rocío, olor a romero, el fluir del agua, el canto de los pajarillos, y veo como los colores emergen de la tierra al cielo.
¡La noche ha dado a luz al día en nuestro cielo minero!
